Cada día, y sin saber por qué las cosas se me complican un poco más, las piezas del enorme puzzle un día encajan, otro día no, al siguiente cuando todo vuelve a recobrar un sentido ocurre algo que lo invierte.
Tal vez le dé demasiadas vueltas a las cosas, y sea lo que interiormente me esté destrozando. Tal vez debería de coger parar a pensar un solo instante y decirme "Quien quiera algo de mí, se molestará en pedírmelo"
Pero en parte, si de quien busco algo, sea quien sea no lo hace, la decepción puede ser más grande, es más lo está siendo.
Seguramente a lo largo de esta semana solucione cosas, pero como no haya un gran cambio en mi estado, por mucha solución que le encuentre, seguirá la misma sensación.
Me estoy consumiendo, cada día como menos, tengo menos actividad y estoy inmerso en mí, como si yo fuese la solución a todo pero entre tachones y borradores.
Busco en mí la solución, y cambio bipolarmente de estado, como si eso mismo fuera a facilitar las cosas...
Me autoengaño, o mejor dicho me autoexijo demasiado. No dejo que las cosas fluyan, y creo que en parte es lo que me puede.
¿Acaso no sería todo más fácil si la gente colaborase?¿Mostrase un poco de afecto? De decir, se lo está trabajando pese a los palos que se lleva, ¡recompensemosle!
Pero no, somo egoísmo puro, y ni la hoguera nos cambiaría de opinión.
Al fin y al cabo, la Inquisición no era tan mala, podrían quemarme y purificar mi alma así aunque el dolor me consumiese podría despotricar sobre todo el mundo sin consecuencia alguna. Sí, me llamarían loco, pero moriría en paz.
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