lunes, 25 de marzo de 2013

Pruebas de conciencia.

Tenía ganas de escribir sobre esto, y seguro que aunque no lo crean, también los lectores en leerlo.
El destino, caprichoso, opta por complicar las cosas, y es que cuando parece ser que una cosa funciona relativamente bien, empiezan a surgir lo que yo denomino
"Pruebas de conciencia"
Me explico, alguna vez después de estar soltero, conocer a alguien ¿no has ligado mucho más? O se declara aquella chica que tanto te gustaba, vuelve tu ex, tu amiga, otra chica por hay...¿por qué ocurre todo esto?
En mi investigación, he valorado dos variantes:
La Natural: debido a la felicidad, la relajación y las fuerzas renovadas tu cuerpo produce hormonas que dan una muestra de juventud, belleza y despreocupación, lo que afecta en mostrar una mejor imagen.
Por otro lado están "Pruebas de conciencia" es decir, gente nueva, o antigua que aparece y de una u otra forma te llama la atención.
Lo que consigue empezar a replantearse si de veras estás bien con esa persona, si te quiere, si no es demasiado pronto, que estas atado, que ya no es lo mismo, que y si la otra persona le ocurre lo mismo que a ti, que si... Mil cosas que hacen que el mundo cambie por completo.
Así pues, y aunque esta parte del destino sea como dije antes caprichosa, uno tiene que pensar en frío y darle vueltas a qué cosas tiene esa persona por la cual, le has elegido y qué cosas ganarías/perderías si hicieses cualquier estupidez, un toma-dale del que puedes vencer o ser vencido, y en la que muchas veces, una opción no es del todo la incorrecta...
Un juicio de valor al alcance de muy pocos y que pese a ser un arma de doble filo es sin duda el comienzo de la maduración, por eso, a mitad de la relación, no ocurre nada, y pasado un tiempo, vuelve a ocurrir...
Qué aburrida sería la relación sin alguna dificultad que vencer¿verdad?
Si lo meditan, todo está pensado para luchar contra nosotros mismo y saber que con unos principios fuertes, claro y buenos, la felicidad la encontramos desde el primer "Hola" que le damos a nuestra pareja.

jueves, 21 de marzo de 2013

El tren del verano. (Capítulo 1)

Su felicidad fue mi perdición, y pese a que yo votaba por ella, y le animaba hacerlo de manera descarada, sabía que si lo hacia era para intentar cambiar mi forma de pensar, de actuar, de ver las cosas...
En el fondo me machacaba esa opción, me machacaba todas en las que de una u otra manera no estuviera yo presente, pero tenía que dejar paso a su confianza.
Me vino otra idea, diferente en aspectos contradictorios, pensando que en quien no confiaba era en el resto del mundo.
Pero siempre, el bucle, volvía a su lugar de inicio.
Así, y de manera casi efímera, pienso en aquellas palabras, en el reglamento de un juego y en su interpretación, y sin embargo esta vez no le hago caso, es lo que significa querer hacer las cosas bien, dando espacio, tiempo y seguridad.

miércoles, 20 de marzo de 2013

La tostadora valiente.

-Otra vez no... Pensó mientras tumbado en el la cama sonreía de una manera estúpida.
-Otra vez esa estúpida sensación no, por favor. Pero es inevitable, uno no elige de quien y en que momento cae, rendido, ante la persona que se postra ante nosotros, intactacta, serena, idealizada....
Y él, no iba a ser menos, y pese a ese manto de lluvia que cayó, y aterrizó durante meses en sus mejillas, se adentró de nuevo en aquello.
Esta vez, más valiente, más confiado, pero con las mismas inseguridades... Sin embargo, algo cambia, otra vez el destino, la suerte o un alarde de ingenio por parte de quien se divierta dirigiéndonos a nuestra ignorancia, nos manda por un camino incierto, dudoso pero, como digo, diferente. Un algo que nos involucra de nuevo en los tentáculos de nuestros deseos, de nuestra racionalidad, de nuestro propio engaño producido por oxitocina.
¿Pero qué ocurre cuando esa diferencia, es el cariño, es el aprecio y es la sinceridad? Que el sentimiento es más puro, más real...
Él lo sabe, y aunque una parte de su pequeña persona siga un paso por detrás, defendiendo su órgano vital, una de ella, la irracional corre desfasada a buscar entresijos, excusas y cómo no, celos absurdos.
Pero esa noche, sus inseguridades por un segundo, desaparecieron, tal vez otro engaño, otra idealización, o simplemente miedo. Ni él mismo es capaz de describirlo.
Simplemente sabe que aunque no lo diga, le quiere, pero que guarda esas dos palabras para que no pierdan significado, para que cuando las diga al mundo, sea la tostadora valiente que siempre a sido y que durante unos años dejó de ser.


miércoles, 13 de marzo de 2013

Parece mentira

Parece mentira que el ver a unos niños de entre tres y cuatro años correteando, saltando, jugando y sobre todo gritando, haya la sido la única manera de desconectar por un mísero instante.
Un caos abslutos, pero un caos de inocencia, felicidad y sobretodo dudas fáciles de resolver, lo que a día de hoy, en mi caso, no hay.
Tengo que reconocer que hoy estaba nervioso, en estado de alerta constante, y que como siempre, no he saboreado el momento. La impaciencia sigue en auge, quiero las respuestas ya, de manera directa, rápida y aunque llegan de manera indirecta, o eso creo, por mi parte tampoco estoy muy convencido de qué hacer.

Demasiados pensamientos que se entremezclan para dar como solución ¿Qué?
Así que mientras un asqueroso manto blanco cae en pleno mes de Marzo, me pregunto entre otras cosas a donde voy y con quién.

Lo más curioso de todo es que el enterarme de una noticia hace poco menos de dos días me ha complicado un poco la existencia, porque aunque el pasado esté superado, dejado atrás y como bien decía ella, (Pasado pisado) hay cosas que....

Tal vez, y seguro que todo esto viene dado a que al no encontrar respuestas, vaya a donde ya las hubo, una manera de engañar a la mente como cuando no sabemos algo de un examen y leemos las preguntas contestadas para decirnos a nosotros mismos que sabemos algo más de lo que nos piden...

Así pues, y respirando, bajando la cabeza, y cometiendo los mismo errores de diferente de manera, ¡me voy a disfrutar de mis pequeños! todo con dos lecciones aprendidas... La perfección al igual que las respuestas no existen, son simples cortinas de humo.