Hay juegos y juegos. Y tal vez se me haya ido un poco de las manos... Pero odio tremendamente las malas interpretaciones por algo que no corresponde a lo que es.
Y encima restregarlo y parecer el malo de la película, como si uno no tuviera sentimientos, como si nunca te hubiese querido. Te equivocas. Te equivocas tremendamente.
Lo único que quería mostrarte es que dar segundos sentidos a las cosas sabemos todos. En ningún momento te nombré, fue tu imaginación y tu curiosidad la que te llevaron por el camino incorrecto, no yo.
Yo nunca te he mentido, nunca. Y las últimas conversaciones, ciertas todas y sin malas intenciones.
Es cierto, no te mereces ningún mal, nunca te lo has merecido y no va a ser ahora el comienzo. Yo te quiero, tal vez no como pienses, pero lo hago.
Y pese a todo lo que puedas pensar, desde que lo dejamos no he estado con nadie, ¿y tú? Esa es la diferencia, que has de temer más al que calla que al que habla, porque el que calla, otorga.
