jueves, 28 de julio de 2011

Catorce horas bajo el agua.

Chocan las olas hacia un lugar poco común donde la roca predomina en el paisaje y la poca playa que existe puede divisarse a lo lejos. No hay luna, esta noche no, la única iluminación que hay en la noche pertenece a un faro situado en la arena, unido con las cientos de estrellas que rodean el manto de un lugar al que jamás pensé que acudiría.
En las rocas dos personas, dos sombras que contemplan todo aquello, estáticas, inmóviles... Ambas involucradas en algo fuera de lo lascivo, no esta vez o por lo menos no ahora.
Pasado unos segundos y siguiendo contemplando tal escena sus miradas logran cruzarse... No podría describir de ninguna manera la forma en la cual el chico le observa... Es una mirada limpia, fija, casi intimidante queriendo hablar literalmente con ella, intentando expresar todo lo que lleva por dentro sin ningún tipo de restricción, una mirada que dice "Te quiero" sin reparar absolutamente en sentimientos y sin embargo contenerlos en otros muchos que destrozan, matan y atacan cada apartada laguna de uno mismo.
Una mirada que logra calmar a quien la echa...Sí leen bien, logra calmarle ¿Saben por qué? Porque una mirada así significa que está con quien quiere, sin gente que pueda perturbar el momento y sin ningún tipo de extraña situación que pueda estropear cada latido que tiene que dar para poder sobrevivir un segundo más, un latido que aumenta cada vez más y que por más que se intenta contener no hay manera de pararlo... 

Mientras tanto el mar sigue con su va y ven, un juego al que está más que aconstumbrado y que incita a tragarnos entre sus negras aguas reflejadas por miles de puntitos en el cielo.
Ambos ceden pese a sus ganas, pese a un frío que a lo largo de los días pasará factura... Están ellos, el mar y el mundo, lo demás no existe, simplemente está porque tiene que existir y puede que sea por esto, o puede que sea por todo lo que ambos llevan a la espalda que ese día se convierta en algo más que una noche entre las estrellas.




miércoles, 27 de julio de 2011

Unas vacaciones interminables.

Posiblemente mis vacaciones no hayan sido como se esperaban, y podría contar con los dedos de una mano los días que verdaderamente han merecido la pena en esta semana en Torrevieja. 
Y aunque mi forma de descansar no se corresponde en absoluto a lo que mis amigos opinan debo de decir que unas vacaciones están para descansar y no para irse de fiesta a sitios donde la palabra "party" corresponde a beber garrafón y escuchar una música "rayante" sin gente alrededor.
Posiblemente por ello me quedo con dos días en los cuales la compañía que tenia era quien llevaba esperando desde hace días y con quien verdaderamente he disfrutado.
No han pasado a penas unas horas y me vuelvo a encontrar en un bucle donde es casi imposible dejar de pensar en ello y donde uno se arrepiente de ciertas acciones para que todo siga un orden, un tiempo y un camino porque esto es lo que ocurre cuando se está enamorado.

domingo, 24 de julio de 2011

Otro tipo de despedida.

Te vas, posiblemente de la manera más agridulce, de la manera menos amarga...Lejos, donde el inframundo no llega, y donde yo, no estoy dispuesto a ir.
Te vas, de una manera o de otra tenía que ocurrir, tarde o pronto ¿Pero tan pronto? No, no te seguiré, y eso que mis ganas aprietan cada arteria de mi cansado cuerpo y eso que me arrepentiría el dejarte escapar... Pero qué puedo hacer más sino que aceptar lo que está ocurriendo.
Te dije tres, y por camino va, cambiando mi forma de pensar, y de actuar. 

miércoles, 20 de julio de 2011

Siempre con segundas.

Todo en cuestión de segundos puede cambiar, una gran apuesta, una gran decisión e incluso un tonto despiste puede cambiar el rumbo de las cosas.
Durante estos días parece que el mundo actúa de esta manera, y aunque me pueda gustar más o menos no puedo ni tan siquiera quejarme. Todo sale bien, o por lo menos medianamente, y aunque en algunos aspectos todo podría mejorar existe algo que más o menos da sentido a aquello que no sale como lo esperado.
Hoy me he parado a pensar en ello, y al darle vueltas me he dado cuenta de que está volviendo a pasar.
Pensé que no volvería tan pronto, y si me sincero diría que no volvería a llegar jamás de la misma manera con la que llegó, pero parece que poco a poco está alcanzando la magnitud de la primera vez.
Tengo ganas de expresar todo lo que contengo por dentro y sin embargo a la vez tengo ganas de acabar con ello...¿Extraño verdad? Yo en mi experiencia siempre lo he descrito como un dolor placentero, algo que por más que ataca y mata siempre quieres tenerlo presente. Gusta, es así de simple.
Luego todo son dudas, preguntas, "comeduras" de cabeza, broncas estúpidas y similitudes varias que van dando forma aquello que cada uno a apostado, y es el apostar lo que puede darte lo que deseas, lo que buscas o lo que simplemente ansías porque como bien decía el padre de una gran amiga: "El que no apuesta ni gana ni pierde" y tal vez por eso me guste arriesgarme en este tipo de cosas.
Para terminar voy a dejar una breve reflexión personal que llevo años dándole vueltas y por fin he conseguido averiguar:  "Hoy y de una manera más que efímera me he percatado que cada persona que pasa por tu vida está destinada a algo y creo que por mi parte sé a qué está destinada mi persona"