jueves, 17 de julio de 2014

El humano y las piedras

El que tropezó con una piedra, vuelve a tropezar con ella tarde o temprano. La caída puede ser mayor, igual o sin ningún tipo de movimiento visible.
El ser humano aprende, algunos tarde, otros sin embargo a la primera que topan ven su error mientras surge.
Con paciencia, calma y algo de experiencia cada pasito que damos nos tiene que enseñar a pisar la senda de las piedras y no caer en el intento. O lo que es lo mismo, no hacer ningún movimiento al tocarla.