lunes, 7 de marzo de 2016

Mensajes en una botella


Hoy me he atrevido abrir aquel bote que guardado bajo una bolsa rosa de Tous, reposaba en una de las esquinas de mi escritorio. ¿Por qué hoy te preguntarás? ¿Por qué hoy y no hace un par de meses cuando ilusionada me lo entregabas en aquel restaurante mientras nos observaba más gente de la que podíamos contemplar? Sencillamente porque hoy, era el día.

La organización del cuarto llegaba después de una mañana aburrida, tediosa e incluso un poco desesperante por la poca actividad del lunes que lloviendo, marcaba el inicio de una Semana Santa cercana. Basura, cajón, apuntes, proyectos...¿Esto qué es? Así hasta llegar al objeto que había estado siempre ahí, desde el momento que con un rechazo sincero por un enfado que ya no recuerdo mantenía en el mismo lugar, inmóvil, con polvo y omitido por mi vista cada vez que se paseaba por aquel lugar no tan lejano de mí.

Observaba el contenido de la bolsa con dos objetos independientes: una caja blanca que contenía dentro de ella una taza con un curioso dibujo y la frase impresa "al mejor ex novio" y un frasco de cristal redondeado lleno de pequeños papeles multicolor como si de varios mensajes en una botella se tratase.

No lo pensó dos veces, lo abrió, cogió uno de los 365 papeles que había (uno por cada día del año) y lo leyó. Una sensación agridulce viajó por su cuerpo, y con la curiosidad que le caracterizaba volcó aquel frasco de cristal encima de su cama para leer todos y cada uno de los mensajes que no había sido capaz de hacerlo. "Te quiero porque...", "Te quiero porque...". Todos tenían la misma estructura, y lo más curioso, todos le hacían recordar la situación descrita. Él, que nunca se acordaba de nada, que siempre lo omitía y lo borraba de su mente. 

Estuvo así un par de horas, cuando deseaba guardar todo de nuevo y volverlo a dejar en el lugar que le correspondía leía otro, y otro... A veces se le escapaba una sonrisa, otras por el contrario le trasladaban a momentos y sentimientos agridulces... Era incapaz de dejarlo. Pese a saberlo, se preguntaba por qué ahora, por qué después de casi un año era en ese momento cuando había dado el paso. Era sencillo, había pasado página gracias a una carta que pocos días antes le recordaba que todo había sido un gran aprendizaje.

Una llamada de su mejor amigo le trajo nuevamente al mundo, donde ahora se preparaba para salir y guardar en una estantería a espera de otro momento el leer los 250 mensajes que no había sido capaz, bien por tiempo, bien por agobio o bien por saber que en algún momento los volvería a coger para recordar una de sus etapas más extrañas que había vivido hasta la fecha.






viernes, 1 de enero de 2016

Fuera de planes

No contaba con ello, de hecho estaba fuera de sus planes. Los cuatro días que llevaba en aquel lugar frío, extraño e inseguro se acababa de mezclar en una misma situación.
La incomodidad producida por ver por ver  entre otras cosas como su deseo más reciente se veía afectado por una espera que no iba con él convertía su actitud positiva y enérgica en la oposición más  incómoda que habría sufrido en los últimos 31 de diciembre.

Sin embargo, y pese a todo, seguía buscando la manera de encontrar una solución en un hecho que ahora se proclamaba común, tan común como dejar de lado toda aquella parafernalia de música, bebida y ambiente para centrarse en una hoja de papel y escribir; sabiendo que en un breve periodo de tiempo eso le conllevaría a tener problemas.