miércoles, 13 de marzo de 2013

Parece mentira

Parece mentira que el ver a unos niños de entre tres y cuatro años correteando, saltando, jugando y sobre todo gritando, haya la sido la única manera de desconectar por un mísero instante.
Un caos abslutos, pero un caos de inocencia, felicidad y sobretodo dudas fáciles de resolver, lo que a día de hoy, en mi caso, no hay.
Tengo que reconocer que hoy estaba nervioso, en estado de alerta constante, y que como siempre, no he saboreado el momento. La impaciencia sigue en auge, quiero las respuestas ya, de manera directa, rápida y aunque llegan de manera indirecta, o eso creo, por mi parte tampoco estoy muy convencido de qué hacer.

Demasiados pensamientos que se entremezclan para dar como solución ¿Qué?
Así que mientras un asqueroso manto blanco cae en pleno mes de Marzo, me pregunto entre otras cosas a donde voy y con quién.

Lo más curioso de todo es que el enterarme de una noticia hace poco menos de dos días me ha complicado un poco la existencia, porque aunque el pasado esté superado, dejado atrás y como bien decía ella, (Pasado pisado) hay cosas que....

Tal vez, y seguro que todo esto viene dado a que al no encontrar respuestas, vaya a donde ya las hubo, una manera de engañar a la mente como cuando no sabemos algo de un examen y leemos las preguntas contestadas para decirnos a nosotros mismos que sabemos algo más de lo que nos piden...

Así pues, y respirando, bajando la cabeza, y cometiendo los mismo errores de diferente de manera, ¡me voy a disfrutar de mis pequeños! todo con dos lecciones aprendidas... La perfección al igual que las respuestas no existen, son simples cortinas de humo.

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