jueves, 21 de marzo de 2013

El tren del verano. (Capítulo 1)

Su felicidad fue mi perdición, y pese a que yo votaba por ella, y le animaba hacerlo de manera descarada, sabía que si lo hacia era para intentar cambiar mi forma de pensar, de actuar, de ver las cosas...
En el fondo me machacaba esa opción, me machacaba todas en las que de una u otra manera no estuviera yo presente, pero tenía que dejar paso a su confianza.
Me vino otra idea, diferente en aspectos contradictorios, pensando que en quien no confiaba era en el resto del mundo.
Pero siempre, el bucle, volvía a su lugar de inicio.
Así, y de manera casi efímera, pienso en aquellas palabras, en el reglamento de un juego y en su interpretación, y sin embargo esta vez no le hago caso, es lo que significa querer hacer las cosas bien, dando espacio, tiempo y seguridad.

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