lunes, 31 de enero de 2011

El lado opuesto. (Prólogo)

No sé de qué manera escribir el relato que durante esta semana y a base de diferentes entregas podrán entender. Y digo entender pues, curiosamente me encuentro en el lado opuesto de lo que anteriormente fue mi historia y que casualmente la vida, el karma, el destino o la mismísima suerte, -da igual el nombre que quien emplear para designarlo- me ha querido proporcionar, para a mí manera de entender, pedirme disculpas y ayudarme a comprender que se siente desde esta perspectiva.
La verdad, es que antes de comenzar voy a dar gracias a la oportunidad que me ha sido ofrecida. Aunque en ningún momento he pensado ni tan siquiera en solicitarla, pero ¿Acaso las sorpresas no son de gran interés para las personas? De todo se aprende, de todo, desde lo más insignificante hasta de la ignorancia de cualquier ser. El todo abarca lo que en el lenguaje "Adánico" se refiere al conjunto, y aunque no sea muy religioso voy a llamarle a ese "todo" Dios.
No es de extrañar entonces que cualquier práctica en la que la inteligencia se expanda es buena vivirla, y en mi caso contársela a ustedes, pues más sabe el que experimenta que el que estudia, pero cómo no todo se puede experimentar quedará entonces relatar.
Es por ello que contaré solo, y solamente, una parte del conjunto, pues aunque no lo crean comprobarán que con unas míseras gotas de lluvia podrán averiguar si realmente está lloviendo.

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