sábado, 7 de julio de 2012

Una droga "insana"

Tengo que darte las gracias. Así, simple y conciso. Porque aunque no lo creas, te aprecio más de lo que mis actos hacen creerte, pero tienes que entender, comprender o aceptar que yo soy así, exigente. Que si caigo me levantaré pese al dolor que me haya producido, que si una parte respiratoria se queja por haber estado en un torneo entero jugando a ese magnífico deporte llamado baloncesto y luego se me ocurre la excelente idea de correr un maratón, todo recién operado, seguiré dando extensas zancadas que no me dejarán parar pese a que por dentro esté muriendo de dolor.
Sí, lo sé, dentro de unos años todo me pasará factura, pero forzarte, sentir que poco a poco voy perdiendo esa naturalidad que hace años me caracterizaba, sentir aquellas quejas de tus músculos, de tu persona, de mi cuerpo, me hace sentir más vivo aún. Porque ver la boca del lobo junto con todos los aparatos quirúrgicos me ha enseñado que sí que tengo que cuidarte mejor, pero me ha enseñado también que la vida es corta y que los retos físicos a los que me expongo tienen que ser superados, admirados por otros, ser el profesor de aquellos que piensan que con una lesión todo termina...
Sí tengo que darte las gracias, gracias por aguantar, por comprender, por conseguir que sea más exigente contigo, gracias a ti... cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario