miércoles, 14 de diciembre de 2011

La fábrica de los sueños

Hay momentos en los que la imaginación parece el correteo de un niño transformado en rio... un camino constante que no cesa y suena como un murmuro en algún lugar del entorno.
Hay momentos que esa imaginación se transforma en sueños, en breves historias que se unen para formar una fantasía tan grande que consigue que el cuerpo se estremezca, se ilusione... consigue que se vague por un mundo que no es este, y que no se sabe si por locura propia o qué, no se vuelve al mundo real como cuando se emprendió tal viaje.
Soñar, ese suceso tan gratuito que consigue que nos sintamos como parte de otra historia en apenas unos segundos, como parte de algo que se desvanece en menor tiempo aún...

Algo que de una forma imaginaria, nos hace ser un poco más felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario